Aquí les dejo la reseña de la tercera entrega de cómics de la COLECTA MONSTRUO.
Fue redactada por Juan Eduardo Maximiliano
González, miembro de Rotaract SMCP.
Algunas veces cuando queremos algo tenemos que ir muy lejos, el desear es sólo la mitad del camino, lo demás depende de nosotros.
Cuando iniciamos el camino a Coacalco pudimos darnos cuenta de que muchas veces el camino para ayudar no es corto, algunas veces incluye baches, piedras y mucho tráfico, pero lo de menos fue el tiempo invertido en transportarse, lo que valió la pena fue llegar y poder hacer la donación de comics a los niños de la casa hogar.
Las veces que tuve
la oportunidad de ser parte de este gran proyecto que es la colecta
monstruo termine aprendiendo mucho, en lo personal no creo ser
bueno con el trato a los niños, soy una persona más analítica y eso
me limita en algunas cosas, pero en esta, a pesar de que no pase mucho
tiempo jugando con los niños, pero si preparando su comida, pude darme
cuenta de que cuando somos niños no necesitamos grandes cosas para
estar felices, para sonreír.
Cada uno de los niños
era un mundo diferente, los había tranquilos como yo, alegres como
Cosme, traviesos y juguetones como Lemon, Julio, etc. (todos miembros activos del club) Nos vi reflejado
en cada uno de ellos, al fin y al cabo todos lo fuimos y
sabemos que se siente serlo.
Aprendí que también
para ayudar hay que mantenerse en constante capacitación, porque luego
los juegos los niños ya los conocen y no se prestan tanto a jugar,
pero manteniendo la actitud y la disposición se puede salir adelante.
Lo que más me agrado
de esa aventura aparte de la buena compañía de los amigos fue la satisfacción
de ver a los niños emocionarse con los comics, el interés que sintieron
por las historias de superhéroes, tal vez suene extraño pero
su cara se les ilumino y estoy seguro que alguno de esos niños
tomara lo bueno de esas historias y lo aplicara en su vida, le gustara
leer o podrá imaginar cambiar el mundo o al menos mejorarlo, pero
sin duda el objetivo más importante se logro al verlos contentos y
leyendo, y quien sabe tal vez mañana ellos sean héroes reales que
salven vidas.
Juan Eduardo Maximiliano González
Juan Eduardo Maximiliano González
Socio del Club Rotaract
San Miguel Chapultepec-Politécnico
Donador de la colección
completa de Wolverine
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