The SPIRIT

Por: Dark Spider

La reciente adaptación cinematográfica del personaje creado por Will Eisner ha resultado ser lo que muchos temían: una burda parodia. Se nota que el cansancio y la falta de creatividad que Miller ha venido mostrando en sus últimos trabajos en el mundo del cómic, como la mal lograda All Star Batman and Robin, se extiende a todos los campos de trabajo de este otrora escritor de culto. Si bien ya los avances de la cinta dejaban ver que esto no sería nada bueno, el corazón del fan espera quitarse la espina y dar por lo menos el beneficio de la duda. Pero hay ocasiones en que el espíritu de fan nos traiciona.

Si vemos la película desde su aspecto formal no está del todo mal, los planos oscuros y los detalles en los escenarios son impecables. Sin embargo, tiende mucho a retomar escenas ya manejadas en Sin City por lo que la película termina de agotar este tipo de secuencias planas-oscuras tendientes a lo noir y el arte pop. El argumento tampoco ayuda demasiado: la historia es de una simpleza trillante, cargada con diálogos de adolescente machote, que más que causar impresión mueven a risa. Si Miller quería lograr una película oscura, con un cierto homenaje a las películas gansteriles, en realidad ha terminado por elaborar una comedia forzada. Forzada porque en donde uno esperaría un duelo de diálogos entre el héroe y el villano, lo que nos dan es simplemente un recorte de palabras que mueven a la carcajada, y eso a veces, porque la mayoría de la película se la pasa uno exasperado esperando a ver a qué horas estos mocosos dejan las resorteras y se dan en la madre como hombres.

Miller tiene en estos momentos un ego tan inflado, que a todo su película busca dotarla de una espectacularidad que nunca logra por lo mal escrito del guion. Esto repercute necesariamente en las actuaciones, pues sacrifica actuación por la escena misma, pero al ser la escena misma tan deplorable argumentalmente, todo se arruina y se convierte en un pastiche sin sentido, que por su mismo carácter de absurdo no te queda más que reírte.

Los personajes son engullidos por los escenarios y lucen acartonados y plásticos, como si fueran parte del decorado. En todos los casos las actuaciones lucen forzadas y sobreactuadas, quizá como un instinto del actor de no querer ser absorbido por los planos y las secuencias. ¡Samuel Jackson es un Dios de la actuación y aquí parece el patiño grotesco de cualquier comediante de tercera! En verdad que lo único rescatable son los cuerpazos de las actrices que vemos desfilar en la película. Punto extra para Scarlet –mami- Johanson que tal vez por no tener tantas escenas como las otras logra relucir un poco más. Habla muy poco, pero con verla uno siente que valió la pena el boleto.

El Spirit es un personaje dicharachero y bonachon. Una suerte de Peter Parker con toques de Casanova. Pero en el filme todo eso se pierde. El personaje se agota en convencernos que es un malo machote y constantemente nos está diciendo lo que va a ser y de qué va la historia. Incluso la escena de los pantalones caídos, algo que caracterizaba al Spirit del cómic, queda como fuera de lugar y metida con calzador aquí.

Sinceramente creo que es el debut y despedida de Miller como director, y si alguien más le ofrece trabajo debe pensárselo mucho. Al buen Miller sólo le quedan dos cosas: retirarse antes de que siga haciendo el ridículo o con toda esa fama que se carga irse a algún retiro en espera de que la musa de la creatividad vuelva a tocarlo.

Si no han tenido la oportunidad de verla, piensen realmente si vale la pena gastar el boleto en algo de lo que saldrán decepcionados. Pero igual si quieren convencerse por ustedes mismos, advertidos están.