[DESDE EL CORREO DE LA COVACHA]

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es un correo que se publica por causas de fuerza mayor.

.:: AMÉRICA, LA BELLA :: 
[por el Dr. Wilifredo Arnulfo Ramírez Flores]

Por motivos que están más allá de la comprensión de adultos-niños que aún viven con sus padres, este fin de semana tuve la mala fortuna de entrar a ver Pacific Rim. Haciendo de tripas corazón, me resigné a ver una película que trata sobre robots y monstruos, y le pedí a los dioses del celuloide que me concedieran una sola cosa: que esa película dirigida por un mexicano no fuera una más de las cintas propagandísticas de la industria militar-bélica del vecino del norte.

Pero ni siquiera con tan bajas expectativas pude aguantar ese bodrio… esa triste oda de un mexicano a América, la Bella, porque, al final, Titanes del Pacifico ni siquiera es una cinta sobre robots y monstruos, no, es una sutil oda al país del pastel de manzana. Creo que sólo esa película de Mel Gibson sobre la independencia americana podría considerarse más patriotera, así es, ni siquiera 300 o ID4 cae en la melcocha del amor edípico  a Estados Unidos.

En honor a Del Toro hay que decir que por lo menos tuvo la decencia de no regalarnos escenas donde alguien empale a otro usando la bandera de las barras y las estrellas o una enésima destrucción de la Casa Blanca. Si algo hay que reconocerlo, es que Pacific Rim es una masturbación pro-gringa, pero una que sabe guardar las formas y finge, lo más que puede, no hacer lo que en realidad hace. Usar un consolador blanco-azul-rojo para darse placer.

Pero esto no quiere decir que Titanes del Pacifico no sea un descarado canto de amor al país que fundaran los Iluminattis y los masones, lo es, simplemente no cae en obviedades y lo intenta ocultar; esta película es incluso más pro-americana que The Avengers o Man of Steel, aunque ésas 2 no intentaron ocultarlo.

¿Por qué afirmo lo anterior? Veamos: El mundo es atacado por Aliens, nuevamente, mostrando la enorme obsesión hipócrita que el país de la “Libertad” tiene con la inmigración (aliens = inmigrantes), terror que nos han venido mostrando en sus cintas desde hace décadas pero que se ha agudizado en los últimos años:

Los Chitauri en The Avengers, que vienen invadirnos sin razón aparente y que gracias a Dios que bendice América fueron vencidos por un Millonario, un Soldado y un Dios Ario… o los Kriptonianos de Zod, que venían con  *gulp* su nacionalismo y orgullo patriótico a su raza y lugar de origen a masacrar a los buenos habitantes del mundo (Kansas, el “lugar más americano” como el propio Mesias-Superhombre-Supersoldado señala) negándose a “pasar años adaptándose”, no como Clark Kent, que se gana su lugar entre la “tierra de los libres” al rechazar todo lo de su tierra natal y abrazar el American Way of Life…

Sí, Hollywood ya nos tiene acostumbrados a las “invasiones Aliens”, es casi freudiano ver nuevas versiones de este hipócrita terror de un país que se creó gracias a la inmigración… pero verlo de manos de un MEXICANO, de un inmigrande de esta nueva oleada que infunde el miedo en los corazones de los sobrinos de Sam… y verlo plasmado de forma tan descaradamente racista…

En algunas entrevistas, Del Toro ha dicho que su intención era crear una historia donde el mundo salve al mundo y no que “América salve al mundo”, claramente se quedó sólo en eso, intenciones, porque Pacific Rim es una historia tan descaradamente “América salva el mundo” que ID4 se sonroja junto a ella. Pacific Rim es la lucha del Status Quo contra los “inmigrantes”…

Desde el inicio de la película lo vemos, “creíamos que la vida vendría de las estrellas pero vino de debajo del mar”, el “otro” no vendrá del cielo a traer gloria vendrá de los abismos profundos a masacrar nuestras ciudades, vendrán como animales enviados desde oscuras e inaccesibles culturas a destruirnos y reemplazarlos… ¿¿así o más racista??.

Claro, algunos se podrán engañar diciendo que la historia no se centra en América si no en las costas continentales del pacifico, que vemos a un grupo de personajes multi-étnicos, multi-nacionales… pero todo esto es mentira, es la mentira de los White Anglo-Saxon Protestants… de los Blancos Gringos… la mentira de multiculturalismo…

"Somos multiculturales porque tenemos negritos y chinitos”, sí, como no. Dirigidos por un negro, sí, pero un negro que bien podría ser blanco, no se engañen, el personaje de Idris Elba no es más negro que Obama, es un blanco que casualmente tiene la piel oscura. Su natural Afro es cortado al raz para imitar el cabello sajón… es vestido de uniforme militar como el mejor de los sobrinos de Sam, y habla con un acento anglosajón en vez de sus naturales acentos afroamericanos… el Mariscal es el recordatorio de “en América puedes llegar a ser mucho… siempre que dejes de ser lo que eres y te comportes como un blanco más”.

Si, claro, nos muestran equipos rusos y chinos… como por 15 minutos, para después centrarse en los blanquitos, ya sean de EUA o de Australia, total, mientras sean sajones. Ni siquiera conocemos los nombres del equipo Chino, eso sí, los vemos jugando Basketball, nuevamente: “No temas América, estos chinos han sido domados y juegan los juegos que el hombre blanco ama”, sólo les faltó mostrarlos comiendo hamburguesas y siendo fans de Elvis Presley.

Y los rusos… los rusos tienen permiso de ser rusos siempre que le rindan pleitesía a América  y pongan sus armas al servicio del país de los valientes. Al final este equipo “multicultural” sólo sirve para eso, para darle un toque exótico al grupo, servir de apoyo y sacrificarse por los Americanos. Gracias por todo, nosotros seguimos solos desde aquí.

Y claro, alguien saltará a decir que uno de los protagonistas es una japonesa que incluso habla su idioma y se comporta como japonesa… nada más falso, sí, dice dos o tres frases pero termina siendo una parodia de la típica “japonesita”, pero es más gringa que la pizza. Es una niña nacida en el desastre y salvada por el valiente americano, ¿les suena familiar? ¡Porque lo es!, Guillermo del Toro no puede ser más salamero con sus amos americanos, le recuerda al mundo que ELLOS crearon el Japón moderno, que sin ellos NO HABRÍA JAPÓN, así como en la película sin Idris Elba no habría la super-compañera… horrible realmente.

Ya desde el principio nos dicen que esta japonesa ha sido re-indoctrinada, en vez de aparecer con una vestimenta típica nipona la vemos con un paraguas y un sobretodo, la señal es clara, otro elemento “foráneo” que ha sido bien domado al molde occidental.

Al parecer la Película se contenta con mostrar a los Kajus como una analogía de las invasiones latinas a EUA y ya no ve necesario mencionarnos más latinos… curioso que en el “mundo multicultural” de una película filmada por un mexicano no aparezca ni un solo latino…

Por último dejo las dos peores cosas: la Pared de la Vida y el enésimo “Cristo parado”… Guillermo del Toro, en lo que sólo puedo concebir como un esquizofrénico intentó de ser considerado gringo, nos manda el mensaje: No hay pared que detenga a los invasores, es un esfuerzo inútil, manden una bomba, destruyan por completo a la cultura que los quiere invadir, es un sacrificio duro, pero es el que nuestros salvadores deben de hacer…

Así, en la película vemos como la Pared no detiene la inmigración… digo, la invasión, y nuestros héroes tienen que hacer el horrible sacrificio de ir al mundo de los invasores, no para conocerlos, para destruirlos, poco importa intentar saber por qué hacen lo que hacen (tal vez su mundo se acaba y esta es la única solución que tienen) eso poco importa, el sacrificio se hará, destruirán el mundo y son héroes por ello… nos lo recuerda mostrándonos al Jager en pose de Cristo, “Este es tu salvador, la bomba que destruye al diferente” parece decir Memín del Toro… y como un eco suena el “yo soy uno de los tuyos tío Sam, ámame y acéptame”.

Y claro, vemos un par de intentos por “comunicarse” con los seres invasores, Del Toro por lo menos tiene la decencia de pensar que tal vez está siendo poco sutil… pero rápidamente lo descarta, son los raros, los extraños e inadaptados quienes intentan contactar, en vez de aceptar las órdenes que se les dan desde los sabios niveles superiores de la cadena de mando, y su vida corre peligro por ello, y todo para descubrir que sus jefes tienen razón, que hay que hacer lo que hay que hacer (lanzar la bomba).

Porque Del Toro ha leído bien el Zeigeist de la América Post-Bush y no sólo repite una fórmula, la maximiza… ya vimos a Tony Stark detener una invasión con una bomba atómica, ya vimos a Kal-L detener otra usando un “agujero negro” (que es una forma freudiana de referirse a la bomba), y ahora Del Toro nos muestra lo mismo pero magnificado: “Amos americanos, no usen la bomba para tratar de detener la invasión, úsenla para destruir el lugar de origen de los inmigrantes”.

Terrible realmente. “Al final de la esperanza, al final de nuestros tiempos, con los monstruos a las puertas… aceptamos el regalo que América le dio al mundo, aceptamos la bomba y entendemos que nuestros héroes nacen en la tierra de los valientes y el mundo solo existe para hacerle comparsa”.

Así se puede resumir Pacific Rim. Me puedo imaginar al tío Sam derramando una lágrima.